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Una panzada que arranca en la siembra
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Una panzada que arranca en la siembra
Un trabajo del INTA Manfredi muestra lo que puede crecer la alfalfa ajustando los temas de manejo
Ningún productor ganadero o lechero discute las bondades de la alfalfa; sin embargo, a causa de la intensificación en el uso de la tierra, con mayor superficie destinada a la agricultura, esta leguminosa se despidió de muchos lotes en los últimos años.
De acuerdo a un informe de especialistas de INTA Manfredi (Córdoba) que trabajan en este cultivo, reciben cada vez más consultas sobre maíz, soja o sorgo que sobre alfalfa, pero consideran que, en muchos casos, este cambio en el uso de la tierra se debe a equivocaciones de manejo por parte de los productores.
Entre las múltiples observaciones que hicieron en campos de productores y que destacaron en el informe están la distancia que hay con respecto a la productividad potencial de las pasturas, en muchos casos por sobrepastoreo, pero también por mala elección de cultivares o la siembra de semillas de propia producción, sanitariamente más susceptibles.
Entre estos aspectos están, según los investigadores, las causas de la pérdida de competitividad que en muchos casos sufrió la alfalfa contra los cultivos de grano. Pero, para ellos, si se corrijen esos errores hay mucho para ganar en productividad y eficiencia.
En referencia a la brecha productiva entre los potenciales y lo que obtienen los productores, en el INTA Mandredi realizan, desde hace veinte años, ensayos en alfalfa en distintas localidades del país y los comparon contra los logrados a campo por ganaderos y tamberos y también con los obtenidos en el INTA Rafaela (Santa Fe).
Las comparaciones mostraron las brechas que hay entre los manejos flojos y los que, por ejemplo, hicieron en Rafaela, que permitieron obtener 58.000 kilos de materia seca por hectárea (163% más que el promedio de los productores analizados).
En este aspecto, los investigadores justifican que las diferencias bien pueden estar dadas por el tratamiento diferencial que recibe la alfalfa en planteos experimentales respecto a las condiciones de campo, pero sostienen que, si en cultivos agrícolas estas brechas tienden a achicarse, puede suceder lo mismo en esta forrajera.
En este sentido, agregan que el factor animal, a través de sus efectos (intensidad y frecuencia de pastoreo) sobre la pastura, altera los resultados en rendimientos.
Los especialistas sostienen que una de las cuestiones centrales en la pérdida de productividad con respecto a la potencial tiene que ver con la mala elección del cultivar.
Cuando ellos compararon las diferencias entre la productividad mínima y máxima en las localidades de Manfredi y Rafaela encontraron que en Córdoba las diferencias entre el piso y el techo eran de 69% -23.000 versus 39.000 kilos de materia seca por hectárea- y Santa Fe se acrecentaban a 160% -30.000 contra 78.000- (Ver Un importante...
)- A modo de conclusión, los investigadores dicen que las explicaciones de los productores, como “la alfalfa produce cada vez menos”, “ya no duran como antes” o “es imposible lograr una buena implantación”, no tienen sustento, ya que la genética y el buen manejo mantienen a la leguminosa en plena vigencia.
Fuente:Clarin
Ningún productor ganadero o lechero discute las bondades de la alfalfa; sin embargo, a causa de la intensificación en el uso de la tierra, con mayor superficie destinada a la agricultura, esta leguminosa se despidió de muchos lotes en los últimos años.
De acuerdo a un informe de especialistas de INTA Manfredi (Córdoba) que trabajan en este cultivo, reciben cada vez más consultas sobre maíz, soja o sorgo que sobre alfalfa, pero consideran que, en muchos casos, este cambio en el uso de la tierra se debe a equivocaciones de manejo por parte de los productores.
Entre las múltiples observaciones que hicieron en campos de productores y que destacaron en el informe están la distancia que hay con respecto a la productividad potencial de las pasturas, en muchos casos por sobrepastoreo, pero también por mala elección de cultivares o la siembra de semillas de propia producción, sanitariamente más susceptibles.
Entre estos aspectos están, según los investigadores, las causas de la pérdida de competitividad que en muchos casos sufrió la alfalfa contra los cultivos de grano. Pero, para ellos, si se corrijen esos errores hay mucho para ganar en productividad y eficiencia.
En referencia a la brecha productiva entre los potenciales y lo que obtienen los productores, en el INTA Mandredi realizan, desde hace veinte años, ensayos en alfalfa en distintas localidades del país y los comparon contra los logrados a campo por ganaderos y tamberos y también con los obtenidos en el INTA Rafaela (Santa Fe).
Las comparaciones mostraron las brechas que hay entre los manejos flojos y los que, por ejemplo, hicieron en Rafaela, que permitieron obtener 58.000 kilos de materia seca por hectárea (163% más que el promedio de los productores analizados).
En este aspecto, los investigadores justifican que las diferencias bien pueden estar dadas por el tratamiento diferencial que recibe la alfalfa en planteos experimentales respecto a las condiciones de campo, pero sostienen que, si en cultivos agrícolas estas brechas tienden a achicarse, puede suceder lo mismo en esta forrajera.
En este sentido, agregan que el factor animal, a través de sus efectos (intensidad y frecuencia de pastoreo) sobre la pastura, altera los resultados en rendimientos.
Los especialistas sostienen que una de las cuestiones centrales en la pérdida de productividad con respecto a la potencial tiene que ver con la mala elección del cultivar.
Cuando ellos compararon las diferencias entre la productividad mínima y máxima en las localidades de Manfredi y Rafaela encontraron que en Córdoba las diferencias entre el piso y el techo eran de 69% -23.000 versus 39.000 kilos de materia seca por hectárea- y Santa Fe se acrecentaban a 160% -30.000 contra 78.000- (Ver Un importante...
)- A modo de conclusión, los investigadores dicen que las explicaciones de los productores, como “la alfalfa produce cada vez menos”, “ya no duran como antes” o “es imposible lograr una buena implantación”, no tienen sustento, ya que la genética y el buen manejo mantienen a la leguminosa en plena vigencia.
Fuente:Clarin
patogomez- Mensajes : 14
Fecha de inscripción : 14/04/2011
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