El final de una ilusión de campeón

Sin chance. En Racing, las lesiones, las ausencias y la irregularidad minaron la idea que marcó un camino.


LA TRISTE DESPEDIDA. RACING, TRAS LA DERROTA DEL SÁBADO. PIENSA EN LA COPA.

La ilusión de pelear por el título hasta el final queda reducida a un escenario utópico con la derrota ante River. El equipo que conduce Miguel Russo está a ocho puntos de Vélez pero, sobre todo, lejos de su mejor versión de juego, ésa que le permitió ingresar a paso firme a la consideración de candidato en el Clausura. ¿Cuáles son las razones por las que el sueño finalizó a mitad de camino? No es casualidad que el buen rendimiento de Racing haya coincidido con la presencia de Claudio Yacob en el medio. Al margen de resultados y de merecimientos, todo eso que desde un inicio se pinchó por la rotura de ligamentos de Giovanni Moreno en la primera fecha ante All Boys volvió a inflarse con el regreso del capitán en la tercera jornada contra San Lorenzo. Desde ahí, el equipo pudo traducir la idea al campo y elevar su potencial para ganar y gustar en tres partidos consecutivos. ¿Luego? El nivel individual bajó, llegaron suspensiones por tarjeta y bajas por lesión, y una de las preguntas del pasado se hizo presente. ¿Cuánto puede jugar el recambio para pelear por el título? Entre Raúl Poclaba y Bruno Zuculini tuvo que resolver Russo esta vez al reemplazo de Franco Zuculini, quien es alternativa de Yacob pero fue expulsado. Ahí hay un punto clave para entender la historia. Los jóvenes tuvieron que ser primeras variantes en partidos decisivos y, en definitiva, eso pesa. “Debemos luchar con los chicos que tenemos; pueden mantener un nivel bueno o malo, hay que apoyarlos siempre. Se nos están cayendo de a uno. Ahora no podrá jugar Cahais contra Arsenal”, comentó el entrenador.

Mientras se espera por la recuperación del capitán y se evalúa el futuro -“la esperanza siempre es el partido que viene”, dice Russo-, la clasificación a la Sudamericana aparece como el objetivo más cercano. Para eso, deberá encontrar un equilibrio y reconstruir su imagen sobre todo como local, donde en seis partidos disputados apenas ganó dos (Olimpo e Independiente) y perdió ante Boca, Estudiantes, Tigre y River. No es un dato secundario para un equipo que tiene pretensiones de ser campeón.

La continuidad de una idea es lo que ahora está en juego. Racing sigue convencido de un camino y, aunque no le haya alcanzado para ser, le quedan siete partidos para que su papel no pase inadvertido. Habrá tiempo, tal como dijo Russo, de hablar de su estadía como cabeza del grupo -su contrato vence el 30 de junio- porque ahora no es el momento: “Lo hablaremos cuando lo tengamos que hablar; siempre es bueno ganar”.