Un lobo y un potro del pop

Susana Giménez. Anoche, tuvo como invitados a un hombre lobo mexicano y al exitoso cantante Carlos Baute, que presentó a su novia.



FAMILIA LO BA. JESÚS MANUEL FAJARDO EN TELEFE, CON SU ESPOSA Y SU HIJA.

El cantante venezolano Carlos Baute y un hombre lobo mexicano, junto a su familia, fueron las dos atracciones del primer programa de esta semana de Susana Giménez (Telefe, 21 hs).
La apertura estuvo a cargo de Baute. Uno de los temas de su nuevo álbum, Quién te quiere como yo, fue el prólogo de una charla en la que el “amoroso, cálido y simpático” cantante presentó a su futura esposa, Astrid Klisans.
Un par de preguntas de ocasión, algo de idioma letón al paso -la chica es de familia letona- y una duda de Su: ¿cuánto del disco está dedicado a ella? Y Baute, que respondió: “El 95 por ciento. El tema restante es más social, habla de política.” Y Susana: “Qué bueno”. “Habla de política”, insistió el muchacho. “Bueno, cuéntenme de su casamiento”, volanteó Su.
Recta final para el bloque con el primer invitado con entrega de disco de oro enmarcado, y la nota curiosa de la primera parte del programa : “Sabes, Susana, que mi hermana se llama Susana Jiménez, con J. ” Y Susana, que “no lo puedo creer”, y que “te amo”, “los amo” y “te amo”, porque sos “amoroso, cálido y simpático.”
Entonces sí, tiempo de cine clase B, en vivo, con “el hombre lobo Jesús Manuel Fajardo, su esposa María Victoria y su hija Araceli”, en el living. Plataforma de lanzamiento de un interrogatorio en el mejor estilo de la conductora.
Para empezar, un “¿No sos pariente de otros hombres lobo que traje de Mehico?” Después, “¿a los hombres lobo les salen hijos lobitos?” Y como primer remate, un comentario de Su a María Victoria: “Lo preferís peludo. ¡Qué genial!”
Jesús aprovechó entonces para contar las ventajas de aparecer en el Guinness, la oportunidad de poder viajar por distintas partes del mundo para mostrar su “hipertricosis”, la posibilidad de trabajar en un museo, con gente que se va a sacar fotos con él.
Y más preguntas. Esta vez para Araceli: -¿Cómo te dicen en el colegio? -Me dicen Loba. -¡Jajay! ¿Y te gusta? -No. Susana: “Claro, debe ser terrible.” Y que, por suerte, “los grandes saben hasta donde pueden ofender”, para enseguida ponerla al tanto a la nena acerca de los métodos de “depilación definitiva”. Y el consejo final: “Cuando quieras, te la hacés, y listo.”