Las molestias que todos tienen y que nadie las dice

A Boca le falta de todo: juego, goles, solidez defensiva, recambio, sinceridad y autocrítica.


Boca no se recupera: tiene una molestia crónica que no sana. Que le impide andar, correr, jugar, defender, hacer goles, saltar a cabecear, ganar... En definitiva, esa molestia no lo deja ser Boca . Lo aqueja, lo perturba, lo desconcentra. Lo desconcierta. No es ni en la pierna, ni en la rodilla, ni en el aductor: es una molestia en el alma, en el corazón. Boca está seriamente afectado, enfermo, con riesgo de vida: todos están molestos con todos.

Falcioni está cansado de practicar algo en la semana y en la cancha, los domingos, los jugadores hacen otra . Palermo está caliente porque la pelota no le llega . Riquelme está que vuela con los defensores porque atrás el equipo parece un colador, sobre todo, en la Bombonera. Varios están molestos con Román por algunas de sus actitudes y porque condiciona a muchos de sus compañeros para jugar . ¿Imposible vivir así? Sí, definitivamente imposible.

Más aún cuando nadie dice las cosas como son . Ni Falcioni, ni Palermo, ni Riquelme, ni los muchos otros que andan molestos por ahí. Boca habita un mundo de mentirita: nadie cuenta la verdad. Todos se mandan a decir cosas, pero ninguno las pronuncia en la cara. Todo se tapa, todo se disimula, todo se esconde bajo la alfombra. Y el hincha, que no come vidrio , está que explota : con los dirigentes, el técnico, los jugadores...

¿El presidente Ameal? Se escuda en que trae a los mejores técnicos y a los mejores futbolistas. ¿Y si algún día toma una decisión fuerte? ¿Y si alguna vez sienta cara a cara a los que están molestos entre sí? Ayer, al menos, el vice José Beraldi salió a pegarle un mazazo a los jugadores.

¿Falcioni? Tiene mano dura con Monzón, que se queda dormido en la cancha y en la vida, pero a la hora de ajustar las clavijas para generar juego y la pelota le llegue al 9 dice que él está de la raya para afuera . Trabaja mucho y bien, cambia de sistema como de medias pero el equipo no aparece. Pone experiencia (Cellay, Insaurralde y Caruzzo) y a Boca lo llenan de goles. Pone juventud y altura (Ruiz y Sauro) y Stracqualursi se hace un festín en el área. ¿Culpa del DT? ¿El salta a cabecear? Pide que el equipo salga a controlar el segundo tiempo ante Tigre luego de ponerse 2-2 y Caruzzo casi lo parte a Galmarini y por poco no se va expulsado.

Falcioni habla de no dar por muerto a Boca . Riquelme repite que no le gusta este Boca . “Quedamos lejos, pero no nos podemos dar por vencidos”, dice el DT en una conferencia pospartido con muy poca autocrítica y frases tibias que enervan a los hinchas. “Estamos molestos... Sabíamos que el 9 de Tigre está haciendo un gran torneo: no nos puede hacer tres goles en nuestra casa. Seguimos cometiendo errores. Tengo fe en que el equipo pueda jugar bien, pero tenemos que mejorar mucho”, declara el 10 .

Falcioni avisa que se queda, dice que tiene un plantel corto, banca a todos los jugadores y, a futuro, piensa en esta misma base con varios refuerzos. ¿Más de lo mismo? Una película ya vista, con finales trágicos.

Con todo esto, ¿cómo no se va a ver un Boca sin alma, un Boca con el corazón partido?