El rodaje de Juan y Eva

LO PRIVADO Y LO PUBLICO. JULIETA DÍAZ (QUE ENCARNA A EVA DUARTE) Y OSMAR NÚÑEZ (JUAN DOMINGO PERÓN), EN UN ALTO DEL RODAJE EN RADIO NACIONAL. A SU LADO, LA REALIZADORA

Estamos en Radio Nacional. Es uno de los últimos días de rodaje de Juan y Eva , la tercera película de Paula de Luque, que cuenta la historia de amor entre dos personajes clave de la historia argentina: Juan Domingo Perón y Eva Duarte, protagonizados por Osmar Nuñez y Julieta Díaz. La película, que será estrenada alrededor de septiembre y que, en palabras de la directora, “no pone el foco en el peronismo, sino en la intimidad de sus dos protagonistas”, abarca desde el terremoto de San Juan en 1944 hasta el emblemático 17 de octubre de 1945. La película termina cuando empieza el peronismo.

Resulta difícil pensar en una película sobre Perón y Eva que no tenga al peronismo en foco...

Paula De Luque: Lo que pasa es que esta película cuenta la antesala, cuando ellos todavía no eran quienes luego serían. Cómo una jovencísima actriz de 23 años, que viene del interior, se enamora de un –en ese entonces- coronel del ejército que está construyendo su poder y que le lleva 26 años. Cómo esa criatura, en un año y medio, dirime una cantidad de cosas de su propia historia, de la historia política y social del país. Cómo se gesta y se consolida la relación entre dos protagonistas incuestionables de la historia argentina, en el marco de una coyuntura histórica tremendamente compleja y llena de contradicciones. Lo que quiero es contar de qué manera, en medio de toda esa complejidad, se gesta esta historia de amor que influye y que es influida por la vida política y la vida social de la época.

Julieta, ¿cómo te sentís interpretando personajes históricos? Julieta Díaz: Siempre es muy atractivo descubrir nuevos personajes, pero cuando pertenecen a la historia hay algo, un cuerpo, algo que tiene que ver con su cuerpo y con información del pasado, que es muy interesante. Saber que podés leer, ir descubriendo el personaje, armando teorías... Igual siento que tengo que verla como un personaje de ficción, porque si no es muy difícil actuarla. Claro que hay límites que tienen que ver con lo histórico, pero dentro de esos límites y esos matices, tratamos siempre con seres humanos. Y si contamos con verdad lo que estamos contando, no importa si fue exactamente así, porque así está sucediendo en esta ficción que habla. Porque nadie, más que ellos, saben cómo fue exactamente, ¿no? Esta es una historia de amor. Nuestra versión de una gran historia de amor.

¿Y vos, Osmar? Osmar Nuñez: De alguna manera es mi primera vez con un personaje histórico. En teatro hice a Heidegger, pero en cine es la primera vez. Y es un gran desafío. Tener que interpretar a Perón es... No sé. No es simple, pero es algo enorme. Igual, no estuvo en el espíritu de nadie imitar a Perón ni a Eva. Creo que hubiese sido un mal camino. Nos habríamos quedado más en las formas que en el fondo. Yo trabajé minuciosamente en el personaje, casi podría decir que he dormido con Perón, porque me la paso mirando videos, tratando de extraer pensamientos, comportamientos frente a una cámara... Pero nunca imitar.

De Luque: Exacto. No creo que el plus de la película sea que Julieta esté parecida a Eva, o que Osmar esté parecido a Perón, sino que sean creíbles y verosímiles. Y creo que eso está. Esto no es un documental. Es una ficción, un recorte de mi mirada. Y como tal, la Eva y el Perón de esta película no son imitaciones ni caracterizaciones, son ficciones. Julieta y Osmar hicieron un trabajo impresionante. La relación entre ellos dos tiene que tirar por la borda cualquier cosa que tenga que ver con que se parezcan o no a Eva y Perón, o si la reconstrucción de época está bien hecha o no. Por supuesto, nos preocupamos por esto también. Pero lo importante son los personajes que ellos dos construyen.

Sé que trabajaste con varios historiadores para preparar el guión de la película...

De Luque: Sí, es una ficción pero por supuesto está anclada en hechos reales. Pero no entra “la realidad completa”. Es una reconstrucción ficcional de un hecho pasado. Quiero tomarla como una película de época, pero entre comillas. Porque si la pienso sólo como una película de época significa que es algo que pertenece al pasado, algo antiguo. Y lo que yo quiero hacer es traerla al presente. Al presente perpetuo del cine, como si estuviera pasando aquí y ahora. Porque además es parte de nuestro pasado reciente. Y la historia argentina se repite una y otra vez. Cambian los actores, pero la historia de la lucha por el poder se repite.

En Perón la historia de amor pareciera repetirse, ¿no? Su tragedia...

De Luque: Exacto. Eso es algo que no todo el mundo sabe. Y es que su primera mujer, Aurelia Tizón, muere del mismo mal por el que años después muere Eva. A Perón se le mueren dos mujeres, de lo mismo, en diez años. Y el tipo sin embargo fue quien fue. Sin embargo, y en consecuencia...

¿Sentís que tenés una responsabilidad extra? De Luque: Totalmente. Por varias cosas. Por quienes son. Por el momento politizado y vital que se está viviendo en términos de militancia, sobre todo en la juventud. Porque es el fin del fin de las ideologías... Por todo esto siento que tengo una responsabilidad extra. Pero trato de no pensar mucho en eso y concentrarme artísticamente en lo que quiero contar. Porque finalmente es sólo una película, y yo lo que querría es emocionar al público, con las emociones más simples. Más allá de que seas Perón y Eva, o Carlos y María, el amor pone de manifiesto la condición humana. Cuando digo que quiero humanizarlos. quiero decir eso. Sacarlos del bronce. Ojalá la película llegue al corazón del público, de todos, de los que son peronistas y los que no. No me interesa intelectualizar demasiado, sino que lo que cuento toque alguna fibra de la emoción de la gente. Eso es lo que más quiero.