El cumpleaños y sus tres vetas

Placer que se acrecienta si ha pasado mucho tiempo desde el encuentro anterior. Abrazo apretado, mirada al fondo del alma de ese amigo que nos ha venido escamoteando la vida y el clásico vamos-a-tomar-un-café.

"Ayer me topé con un viejo amigo en la cola de un supermercado", cuenta un compañero de trabajo. "De pibes vivíamos en la misma cuadra, al 2600 de la calle Cochrane, en Villa Pueyrredón".

"Hicimos el secundario juntos y además íbamos a bailar al ´17`. Era el club del barrio. Se llamaba 17 de Octubre. Golpe milico y pasaba a ser 17 de Agosto. Llegaba Frondizi, después Illia y volvía a ser de Octubre. Harta de tanto manoseo la gente decidió llamarlo ´17`a secas", recuerda Dante.

"El se casó, yo me radiqué en el sur, así que nos seguimos viendo, pero con menos frecuencia. Nos hablábamos a fin de año y cuando yo venía a Buenos Aires comíamos en El Navegante".

"Aunque volví a la capital, los encuentros se empezaron a dar cada dos o tres meses, pero siempre con mucho afecto. Y algo particular: la sinceridad de Nico es... yo diría brutal. Con nadie tengo un diálogo tan franco".

"Por eso fue un alegrón el cruce en esa cola absurda para pagar la chatarra que uno tira en el carrito. Fuimos a un bar y ahí se largó la charla. Hice un informativo de mis cosas y de pronto él dijo que acababa de cumplir años: 65".

"Le pregunté si le pesaba la cifra, al fin y al cabo representa varias amenazas, entre ellas la condena a la jubilación.

´No sé, hace apenas unos pocos días que se me vino encima´", explicó. A partir de ese punto arrancó un monólogo.

"Para saber cómo se siente en el nuevo año Nico analiza tres rubros: ´Si meto un buen gol, si el bocho está ágil y fresco, y hago el amor con plenitud, eso significa que ando al óleo´, dice.

"Le marqué que a los 65 uno se ha quedado sin goles. Entonces él me dijo que ahora se enganchó con el tenis. ´El otro día me tiraron un drop, llegué justo y mandé una paralela bárbara. Eso equivale a un gol, ¿o no?´", se cubrió.

"¿Y el bocho?", lo fui tanteando. ´Hay momentos en que me gusta armar frases cortas que como los cubanitos, tengan adentro una idea, un juego de palabras. Bueno, anoche me salió una que (pienso) está lograda: la soledad empieza por casa´", se despachó.

´Tiene sustancia, ¿no?´".

"Faltaba el deschave (o el verso) del amor. ´Vivo solo y tengo relación con tres señoras. A una la veo un par de días por mes: segundo y cuarto miércoles. A otra, el primer miércoles y a la última, el tercero. Atiendo una por semana´", dijo.

"Demasiado cambio, la obsesión de los miércoles. ¿Lo bancaba sin problemas? Fiel a su personalidad fue de frente: ´¿Qué cambio? Dos son mellizas y la otra es esa que con razón llamo la última: no tiene la importancia de las hermanas´", blanqueó.

"¿Y cómo se dio el debut a los 65?", lo apuré en su estilo.

´Todavía no se produjo. Mi cumpleaños fue el viernes y hoy es lunes. Dentro de dos días te cuento. Pero son historias firmes, con olor a para siempre´", dijo con seguridad.

"Me rondaba alguna duda. ¿Se conocían las mujeres?, ¿las mellizas sabían que compartían la cama con el mismo varón?. ´Las hermanas se conocen, claro, pero no creo que sepan de la otra. No sé..., en una de ésas..., viste cómo son las minas´, remató Nico. A ratos lo veo como un turro, otras veces como un tipo inteligente y frío. Pero sobre todo estoy convencido de que es un solitario redomado", completó Dante el retrato de su amigo.