Denuncian que murió un opositor cubano tras una paliza de la policía

Organismos de derechos humanos afirman que Juan Wilfredo Soto falleció ayer por los golpes que recibió el jueves pasado, cuando participaba de una protesta. Los médicos del hospital dicen que fue por una pancreatitis. Silencio oficial.


MARCHA. UNA MANIFESTACION, EN FEBRERO, EN RECUERDO DE ORLANDO ZAPATA, QUIEN FALLECIO EL MISMO MES DE 2010 POR UNA HUELGA DE HAMBRE.

La denuncia de que un disidente cubano murió tras recibir una paliza de la policía provoca una ola de denuncias contra el gobierno de Raúl Castro y su política respecto de las manifestaciones opositoras. Juan Wilfredo Soto García, de 46 años, participaba el 5 de mayo de una protesta en una plaza de la ciudad de Santa Clara, cuando fue detenido y golpeado. Después de dos días de agonía, murió ayer en el hospital provincial. Ahora, mientras los médicos sostienen que la muerte de produjo por un cuadro de pancreatitis, sus compañeros aseguran que todo se desencadenó por la violencia ejercida cuando lo capturaron . “No cabe la menor duda de que se produjo una relación causa y efecto, y que la muerte de Soto está relacionada con la golpiza que recibió”, dijo el disidente Elizardo Sánchez, presidente de la ilegal Comisión Cubana de Derechos Humanos.

“Aunque era un hombre enfermo, condenamos la brutal golpiza propinada por la policía”, dijo Sánchez, quien “pidió una investigación transparente del gobierno para aclarar” la muerte. Soto sufría hipertensión severa, gota, diabetes e insuficiencia cardíaca y renal.

Soto no era un disidente conocido. Formaba parte del Polo Antitotalitario Unido, una pequeña agrupación a la cual también pertenece Guillermo Fariñas, Premio Sajarov del Parlamento Europeo en 2010, quien calificó la muerte como “un asesinato”.

El gobierno, que aún considera a los opositores como mercenarios que Estados Unidos financia con millones de dólares, hasta ahora no se pronunció sobre la denuncia. Según Fariñas, Soto, quien padecía varios problemas de salud, fue “golpeado” y “esposado” por la policía cuando se negó a retirarse del parque central de Santa Clara.

“Se trata de un crimen, es un asesinato y el responsable es el gobierno por alentar la violencia policial. El estaba esposado cuando recibió los golpes, y en el parque vigilaban la operación conocidos responsables de la policía política en Santa Clara”, aseguró la líder opositora Lisset Zamora.

La víctima, quien había estado preso en tres ocasiones acusado de cargos como divulgación de “propaganda enemiga”, fue llevado a una estación policial, pero el jefe de la unidad, que conocía sus males de salud, “enseguida lo envió al hospital”.

Lo que sucedió en el Hospital Provincial de Santa Clara tampoco por el momento quedó del todo claro. En ese centro fue revisado, compensado y luego enviado a su casa. Pero horas más tarde se sintió mal y un amigo lo llevó de nuevo al hospital, donde pasó dos días en estado crítico hasta que murió en la madrugada de ayer. Ahora se espera una autopsia cuyo certificado oficial estará dentro de 15 días.

“Los médicos dijeron que tenían que operarlo o no podían garantizarle la vida y murió cuando ya lo iban a hacer. A la familia le dijeron que era una pancreatitis”, dijo Fariñas, un psicólogo de 48 años, a quien el Europarlamento lo distinguió tras hacer una huelga de hambre de 135 días en reclamo de la liberación de disidentes presos.

Fariñas consideró a Soto la “primera víctima” del reciente discurso del presidente Raúl Castro en el VI Congreso del Partido Comunista (PCC) celebrado en abril, en el que advirtió que “el pueblo revolucionario no permitiría a la oposición tomar plazas y calles”.

“Si no tomamos algún tipo de decisión, para que el gobierno cambie su postura hacia los opositores pacíficos, vamos a tener que lamentar otras muertes”, agregó.

El fallecimiento de Soto ocurre 15 meses después de la muerte del preso opositor Orlando Zapata, ocurrido el 23 de febrero de 2010, por una huelga de hambre en demanda de mejoras carcelarias. Este episodio generó fuertes críticas internacionales y derivó en un diálogo entre el gobierno y la Iglesia Católica que llevó a la liberación de más de un centenar de presos.

Al velatorio de Soto en Santa Clara asistieron, además de la familia, decenas de opositores, entre ellos varios ex prisioneros políticos. Las Damas de Blanco, esposas de los ex presos políticos, condenaron la “feroz paliza que sufrió Soto”. “Basta de represión, el gobierno tiene que entender que tenemos derecho a la expresión y a movernos libremente”, dijo a la agencia AFP Berta Soler, una de las líderes, tras la habitual caminata dominical que realiza el grupo en el residencial barrio de Miramar, al oeste de La Habana.


En contra de la discriminación

La sexóloga Mariela Castro, hija del presidente Raúl Castro, llamó a “desarticular todas las formas de discriminación” y “desterrar la homofobia”, en la apertura en La Habana de un taller sobre diversidad sexual, informó este domingo un medio local.

“Desarticulemos todas las formas de discriminación y defendamos el socialismo como paradigma emancipador del ser humano”, dijo Mariela Castro, de 49 años y quien dirige el Centro Nacional de Educación Sexual (Cenesex). En el taller, realizado el sábado la sexóloga abogó por “el respeto a la libre orientación sexual como ejercicio de justicia social”.