Buscar
Últimos temas
Seguro como un búnker, pero pacífico
Página 1 de 1.
Seguro como un búnker, pero pacífico
El estudio EV+PP proyectó un centro de diagnóstico y tratamiento en Escobar, adaptado a las exigencias de seguridad que supone el uso de un reactor nuclear.
Porpor Ariel Hendler
Seguro como un búnker, pero pacífico
El Centro de Imágenes Moleculares (CIM) Fleni, en Escobar, fue concebido como un contenedor cuya simpleza exterior contrasta con la complejidad inédita de las tareas que se realizan en su interior, en base al uso de la energía nuclear para fines medicinales. Sus proyectistas, Egozcue Vidal + Pastorino Pozzolo (EV+PP), con vasta experiencia en arquitectura para la salud, explican que el diseño de la planta se concibió exclusivamente en función de la singularidad del programa, más que como un esquema adaptable a distintos usos.
Sobre todo, debido a la presencia de un reactor nuclear que produce energía para usos medicinales, aislado por gruesos muros de hormigón, que requirió de un diseño específico, imposible de traspolar a otras funciones.
Según explica la arquitecta María Teresa Egozcue, la propuesta arquitectónica consiste en una “caja neutra”, cuadrada y rodeada de parque. El edificio consta de una sola planta en la que se desarrollan todas las tareas de diagnóstico y atención a pacientes, sumadas a las de investigación y desarrollo de radiofármacos. También cuenta con un “bioterio”, en el que se experimenta con cobayos y otros animales pequeños.
Todos estos paquetes funcionales están claramente separados en “islas” y comunicadas por ejes de circulación claros y pasantes, de lectura inmediata. Sobre esta planta se ubicó un entrepiso técnico para las diversas maquinarias de apoyo, sin actividad humana salvo las de mantenimiento. Por debajo, un subsuelo aloja a la sala de máquinas del edificio. “En la arquitectura hospitalaria se tiende a proveer geometrías aptas para espacios flexibles continuos de máxima contigüidad e interconexiones que aseguren fluidez a los movimientos”, explica la arquitecta Egozcue.
En este sentido, el caso del CIM presenta varias particularidades, ya que su actividad principal consiste en realizar estudios y tratar a pacientes mediante la técnica de Tomografía por Emisión de Positrones (PET, según su sigla en inglés). Las imágenes PET se obtienen mediante el uso de un radiofármaco que, a su vez, consiste en material radioactivo fraccionado en pequeñas dosis. Este fármaco se le administra al paciente en forma inyectable y funciona como un trazador de altísima definición para el diagnóstico precoz de patologías oncológicas, cardiológicas y otras, y en ciertos casos también para su tratamiento.
Energía y seguridad
La característica distintiva del CIM Fleni respecto a otros centros que emplean la técnica PET es que cuenta con un reactor propio, denominado “ciclotrón”, para la síntesis y el fraccionamiento de radiofármacos, mientras que otros centros del país los emplean pero no los producen. “Como las radiaciones que se requieren para ese trabajo son de muy baja intensidad y decaen en un tiempo máximo de 110 minutos –explica Simonetta Pozzolo, otra de las proyectistas–, la organización de los espacios fue concebida para reducir al máximo y a la vez optimizar el tiempo de estadía del paciente.”
En cuanto a la elaboración y fraccionamiento del material radioactivo, una tarea completamente automatizada y robotizada, se efectúa dentro de unas hot cells (celdas calientes), habitáculos de del tamaño de una cajonera, con paredes de plomo de 5 cm de espesor. En rigor, toda esta infraestructura, fabricada en Italia y provista por la empresa General Electric, se instaló “tal como llegó en el contenedor”, aclara Pozzolo. Junto al laboratorio de producción se ubicó el de investigación y desarrollo de nuevos compuestos y fármacos, de modo de reducir al mínimo su traslado de un ambiente a otro.
De todas formas, el uso de energía nuclear para estos diganósticos requiere niveles de radiación muy inferiores que en otros métodos. “La verdad es que no se necesitaba un edificio demasiado especial para que todo esto funcione sin generar riesgos, pero igual se decidió adoptar medidas de seguridad absolutas”, cuenta Pozzolo. Por eso, para albergar al reactor, que tiene una calificación (clase A) similar al de la Central Atómica de Atucha, se edificó un verdadero bunker con paredes de hormigón de 70 cm de espesor.
Egozcue cuenta que se invitó a presenciar el hormigonado a representantes de la Autoridad Regulatoria Nuclear (ARN), un organismo de la Nación que también debía aprobar el proyecto, junto con la Municipalidad de Escobar. Y agrega que las pocas perforaciones en el muro de hormigón, destinadas al paso de redes de servicios, se hicieron en un ángulo de 45 grados, “para que los rayos que eventualmente puedan filtrarse reboten en el mismo conducto”.
En cuanto al aspecto exterior de la caja, se buscó que ofrezca una imagen mucho más amigable que la de un bunker o una central nuclear. “Buscamos aportarle porosidad a las fachadas en contraste con el carácter cerrado de un contenedor, ubicando en los bordes las áreas de atención al público y circulación perimetral semicubierta por afuera del volumen”, cuenta Egozcue.
En la envolvente se definieron aberturas verticales que proveen buena luz natural tanto a la planta como al entrepiso técnico. Con este recurso también se buscó homogeneizar la imagen del edificio, como si por dentro fuera un gran contenedor de una sola planta en doble altura.
Fuente:Clarin
Porpor Ariel Hendler
Seguro como un búnker, pero pacífico
El Centro de Imágenes Moleculares (CIM) Fleni, en Escobar, fue concebido como un contenedor cuya simpleza exterior contrasta con la complejidad inédita de las tareas que se realizan en su interior, en base al uso de la energía nuclear para fines medicinales. Sus proyectistas, Egozcue Vidal + Pastorino Pozzolo (EV+PP), con vasta experiencia en arquitectura para la salud, explican que el diseño de la planta se concibió exclusivamente en función de la singularidad del programa, más que como un esquema adaptable a distintos usos.
Sobre todo, debido a la presencia de un reactor nuclear que produce energía para usos medicinales, aislado por gruesos muros de hormigón, que requirió de un diseño específico, imposible de traspolar a otras funciones.
Según explica la arquitecta María Teresa Egozcue, la propuesta arquitectónica consiste en una “caja neutra”, cuadrada y rodeada de parque. El edificio consta de una sola planta en la que se desarrollan todas las tareas de diagnóstico y atención a pacientes, sumadas a las de investigación y desarrollo de radiofármacos. También cuenta con un “bioterio”, en el que se experimenta con cobayos y otros animales pequeños.
Todos estos paquetes funcionales están claramente separados en “islas” y comunicadas por ejes de circulación claros y pasantes, de lectura inmediata. Sobre esta planta se ubicó un entrepiso técnico para las diversas maquinarias de apoyo, sin actividad humana salvo las de mantenimiento. Por debajo, un subsuelo aloja a la sala de máquinas del edificio. “En la arquitectura hospitalaria se tiende a proveer geometrías aptas para espacios flexibles continuos de máxima contigüidad e interconexiones que aseguren fluidez a los movimientos”, explica la arquitecta Egozcue.
En este sentido, el caso del CIM presenta varias particularidades, ya que su actividad principal consiste en realizar estudios y tratar a pacientes mediante la técnica de Tomografía por Emisión de Positrones (PET, según su sigla en inglés). Las imágenes PET se obtienen mediante el uso de un radiofármaco que, a su vez, consiste en material radioactivo fraccionado en pequeñas dosis. Este fármaco se le administra al paciente en forma inyectable y funciona como un trazador de altísima definición para el diagnóstico precoz de patologías oncológicas, cardiológicas y otras, y en ciertos casos también para su tratamiento.
Energía y seguridad
La característica distintiva del CIM Fleni respecto a otros centros que emplean la técnica PET es que cuenta con un reactor propio, denominado “ciclotrón”, para la síntesis y el fraccionamiento de radiofármacos, mientras que otros centros del país los emplean pero no los producen. “Como las radiaciones que se requieren para ese trabajo son de muy baja intensidad y decaen en un tiempo máximo de 110 minutos –explica Simonetta Pozzolo, otra de las proyectistas–, la organización de los espacios fue concebida para reducir al máximo y a la vez optimizar el tiempo de estadía del paciente.”
En cuanto a la elaboración y fraccionamiento del material radioactivo, una tarea completamente automatizada y robotizada, se efectúa dentro de unas hot cells (celdas calientes), habitáculos de del tamaño de una cajonera, con paredes de plomo de 5 cm de espesor. En rigor, toda esta infraestructura, fabricada en Italia y provista por la empresa General Electric, se instaló “tal como llegó en el contenedor”, aclara Pozzolo. Junto al laboratorio de producción se ubicó el de investigación y desarrollo de nuevos compuestos y fármacos, de modo de reducir al mínimo su traslado de un ambiente a otro.
De todas formas, el uso de energía nuclear para estos diganósticos requiere niveles de radiación muy inferiores que en otros métodos. “La verdad es que no se necesitaba un edificio demasiado especial para que todo esto funcione sin generar riesgos, pero igual se decidió adoptar medidas de seguridad absolutas”, cuenta Pozzolo. Por eso, para albergar al reactor, que tiene una calificación (clase A) similar al de la Central Atómica de Atucha, se edificó un verdadero bunker con paredes de hormigón de 70 cm de espesor.
Egozcue cuenta que se invitó a presenciar el hormigonado a representantes de la Autoridad Regulatoria Nuclear (ARN), un organismo de la Nación que también debía aprobar el proyecto, junto con la Municipalidad de Escobar. Y agrega que las pocas perforaciones en el muro de hormigón, destinadas al paso de redes de servicios, se hicieron en un ángulo de 45 grados, “para que los rayos que eventualmente puedan filtrarse reboten en el mismo conducto”.
En cuanto al aspecto exterior de la caja, se buscó que ofrezca una imagen mucho más amigable que la de un bunker o una central nuclear. “Buscamos aportarle porosidad a las fachadas en contraste con el carácter cerrado de un contenedor, ubicando en los bordes las áreas de atención al público y circulación perimetral semicubierta por afuera del volumen”, cuenta Egozcue.
En la envolvente se definieron aberturas verticales que proveen buena luz natural tanto a la planta como al entrepiso técnico. Con este recurso también se buscó homogeneizar la imagen del edificio, como si por dentro fuera un gran contenedor de una sola planta en doble altura.
Fuente:Clarin
mauricio2011- Mensajes : 10
Fecha de inscripción : 14/04/2011
Temas similares
» El Rally de Argentina sigue, pero falta ver cómo y dónde
» Como en 1810, pero bajo el sol y con paraguas de todos los colores
» Entre Pacífico y Liniers ya se viaja en menos tiempo
» Sony pidió disculpas y ofreció un seguro de un millón de dólares a los clientes de EE.UU.
» Le ofrecieron "curarle" el dinero, pero se lo robaron
» Como en 1810, pero bajo el sol y con paraguas de todos los colores
» Entre Pacífico y Liniers ya se viaja en menos tiempo
» Sony pidió disculpas y ofreció un seguro de un millón de dólares a los clientes de EE.UU.
» Le ofrecieron "curarle" el dinero, pero se lo robaron
Página 1 de 1.
Permisos de este foro:
No puedes responder a temas en este foro.
15th Mayo 2012, 8:18 pm por loopser
» Lanzan un original sistema constructivo de viviendas
15th Mayo 2012, 7:55 pm por loopser
» Las cenizas llegaron San Martín de Los Andes
6th Junio 2011, 1:26 pm por jose avila
» VESTIDOS HECHOS DE QUESO
6th Junio 2011, 12:21 pm por masajuliana
» Nacho Viale: “No le deseo a nadie pasar por algo semejante”
6th Junio 2011, 12:18 pm por sabrinaconte11
» 30 años de HIV en el mundo
6th Junio 2011, 12:13 pm por claudioneli
» Por la nube de cenizas, en el Sur no hay vuelos ni clases
6th Junio 2011, 12:13 pm por paula soria
» El deportista con mejor actitud que vi
6th Junio 2011, 12:09 pm por florchica
» SERGIO SCHOKLENDER SALE A ACLARAR LAS COSAS
3rd Junio 2011, 5:46 pm por exetorneroli