Clorindo Testa: “La arquitectura en los countries es horrible”

Con 83 años, el arquitecto y artista continúa trabajando y presentándose a concursos con la misma pasión que al inicio de su carrera

–¿Prefiere que lo llamen artista o arquitecto?

–En la facultad te dan el título, como artista sos autodidacta, excepto que vayas a una escuela, así que arquitecto, ya estoy más acostumbrado.

–¿Cómo ve el ámbito de la profesión en la Argentina hoy en día?

–Yo te diría que es un ámbito culto, para usar una palabra. Por ahí en otros países no lo es tanto. No conozco mucho, pero por ejemplo en Italia hay arquitectos inteligentes y otros calculo que no lo son, es una profesión como de constructor.

–¿Qué arquitectos contemporáneos argentinos le gustan?

–Hay muchos que trabajan y son conocidos, y serían más si se decidieran a irse, por tener una inquietud que los haga dejar un lugar. A medida que pasa el tiempo uno se acuerda menos de cosas, pero hay cosas interesantes en las generaciones mías, anteriores e incluso jóvenes.

–¿Y pintores locales?

–También hay muchos, que están afuera y otros que son conocidos. Jóvenes hay muchos, vos ves las exposiciones y gustan. Por ejemplo, ahora hay dos que son muy buenas, una en el Instituto Español, de pintores jóvenes argentinos, en donde todos son buenos, y en Ruth Benzacar está Liliana Porter.

–¿Hay alguna obra de Buenos Aires que le gustaría haber hecho?

–Es muy difícil para un pintor o un arquitecto ver una obra hecha por otro y pensar “me hubiese gustado hacerla yo”. Uno hace las cosas a su manera, entonces se admira la obra de otro, pero si la hubiera hecho uno sería distinta.

–Está remodelando el Centro Cultural Recoleta.

–Se hicieron unos planos y se nombraron a tres personas; una era yo, e hicimos algunos cambios como cuando uno en su casa cambia el baño.

–Cosas menores con el mismo concepto...

–Claro, que está muy bien que se hagan y mantienen el edificio funcionando.

–¿Cuáles son las reformas en el Centro Cultural Recoleta?

–Las escaleras que se agregaron, las salas, tenían un lenguaje de ese momento y ahora vamos a quitar escalones y poner rampas, sacar la librería de la entrada que ocupaba mucho lugar (se mandó adentro alrededor del patio) y los mostradores de la entrada se corrieron. En la calle de los tilos, que tiene adoquines, se sacan algunos y se ponen senderos para que sea más fácil caminar. Son adaptaciones.

–¿Y hay alguna obra que haya hecho usted que remodelaría?

–Las cosas tienen una época en que fueron hechas; no las cambiaría, haría otras cosas, porque un edificio hecho hace diez años es como un cuadro pintado hace diez años; entonces, o hacés otro o lo dejás como está. Hay otras cosas, como el Banco de Londres, que lo intervinieron porque cambió de dueño y hubo algunas cosas que modificaron; por lo pronto se hizo una rampa para discapacitados en la entrada, que hace unos cuarenta años no la hice porque no se exigía. Las cosas que agregás las agregás como en el momento en que la hacés, no podés irte treinta años atrás y hacerlo de esa manera.

–Y en cuanto a las tendencias de hoy, ¿qué opina de los barrios cerrados?

–Es una manera de vivir como si todo estuviera junto, en el sentido de que ese estilo de vida lleva a que las casas que hay sean horribles, y que ésas sean las que tienen más aceptación dentro del barrio cerrado.

–¿Encuentra algún antecedente histórico en esto?

–No había barrios cerrados en la Edad Media, pero sí ciudades cerradas; una muralla y la ciudad adentro. Los cercos de los countries son cada vez más sólidos. Estoy seguro de que si tomás un country y medís la superficie es más grande que algunas ciudades medievales italianas. No me gusta el diseño, son casas como fuera del momento, es como la arquitectura de campo de Estados Unidos.

–¿Qué opina de los edificios dentro de countries?

–Los países tienen sus modos de vivir, a mí no me gustaría vivir en un lugar cerrado en donde están hasta los colegios de los chicos.

–¿Cuando se presenta a un concurso siente lo mismo que antes?

–Cuando pintás un cuadro y te encontrás con una tela vacía lo que vos pensás lo pasás a la tela, a veces con facilidad, a veces te sale distinto y a veces te vas contentísimo. En los concursos es igual, lo tomás siempre con el entusiasmo que se repite en un chico de 3 años que está con un papel dibujando y no te oye.
fuente:infobae