“Pensé que me quedaba sordo para siempre”

Era el sexto round. Se me acercó, apoyó su cabeza sobre la mía, tiró el bucal y me mordió. Escuché el plaff , el sonido del cartílago. Y dije: “¡Puta, este me arrancó la oreja, me explotó el oído! Encima lo miré y tenía toda la boca ensangrentada. Me acordé de ‘Tyson-Holyfield II’ y me desesperé aún más. Lo juro: pensé que me quedaba sordo para siempre”.

El relato estremece. Habla Vicente Rodríguez, ese púgil al que su rival, Alejandro Gómez, casi le arrancó un pedazo de su oreja izquierda. Desde Eldorado, Misiones, con sus 26 eneros a cuestas, Rodríguez intenta reconstruir los hechos. Tropieza con vocablos que no salen. Repasa lo que pasó en la Unión Vecinal de Munro.

“Lo que uno menos espera es que te muerdan la oreja en una pelea. Golpes bajos y cabezazos, todo puede pasar, menos lo que me pasó a mí”, cuenta mientras se apoya el tubo en su oído... derecho, claro. “¿Si me asusté? Obvio. Encima el árbitro (Rodolfo Stella), no me creía. ‘Me mordió, me mordió’, le gritaba yo. Miró el video y lo descalificó, pero yo estaba caliente”.

La mansedumbre de sus pagos amainó sus broncas. Se fue una semana al campo. Su familia, en esta época, cultiva mandioca, naranjas y bananas. Y eso lo distrae. Su oído izquierdo exhibe un corte. Deberá estar cuatro días con una cinta adhesiva, y sin mojarse la zona. Así y todo, Rodríguez no le guarda rencor a Gómez. Y lo absuelve: “Que no lo sancionen. Él estaba cansado, perdiendo y con mucha impotencia. Los boxeadores tenemos muchas presiones”.

“¿Qué hago si me lo encuentro? Nada, Gómez se arrepintió y me pidió disculpas en el vestuario. Eso sí, no quiero volver a pelear con él, que ese loco vaya a morder a otro je”, bromea. Y sí, el futuro le esboza una sonrisa. Rodríguez, campeón argentino superpluma, 5° en el ranking OMB y 8° en el CMB, espera una chance contra el monarca japonés Takahiro Ao.

Alberto Zacarías, DT de la víctima, dice: “No le sacó un pedazo de oreja porque Vicente acompañó el movimiento; si se corría para atrás, seguro, se la arrancaba”, revela el entrenador. Además, apunta que en 40 años en el boxeo sólo recuerda algo parecido en los Panamericanos de Río de Janeiro 63. El bochorno fue de Ringo Bonavena, quien en aquella ocasión le mordió una tetilla a Lee Car.

Hoy se reúne el Consejo del Tribunal de Disciplina de la Federación Argentina. La sanción que le cabría a Gómez va desde 6 a 12 meses. Fue “suspendido preventivamente”.