“Llegué a casa y los ladrones ya me estaban esperando”

El hombre retiró 20.000 pesos de un banco en Villa del Parque. Dice que cree que “lo marcaron” cuando le pidieron que aguardara unos minutos antes de entregarle el dinero. Los asaltantes huyeron. Le hicieron una “salidera” y lo balearon en una pierna



IMPOTENCIA. HORACIO RODIL (56), EN SU CASA, DONDE RECIBIO A CLARIN DESPUES DE SER OPERADO POR EL BALAZO QUE RECIBIO EN LA PIERNA DERECHA.

Horacio Rodil (56) tiene toda la bronca que puede tener alguien que acaba de ser asaltado adentro de su casa, poco después de haber retirado dinero de su cuenta bancaria. Tiene toda la impotencia que puede sentir alguien que recibió un disparo en una pierna al querer evitar que le robaran. Pero también tiene la convicción de que los ladrones estaban esperándolo en la puerta de su edificio y que alguien en el banco lo entregó.

" ¿Cómo sabían los asaltantes dónde vivía yo? ¿Cómo sabían la suma exacta de dinero que llevaba encima y que la había sacado de un banco? Llegué a casa y los ladrones ya me estaban esperando . Estoy convencido de que en el banco hicieron toda una maniobra para ‘marcarme’ o ‘mostrarme’”, le cuenta Rodil a Clarín , con su pierna recién operada apoyada sobre una silla, rodeado de los juguetes de su beba, a la que mira imaginando que todo pudo haber terminado aún peor .

El hecho ocurrió el martes pasado. Alrededor de las dos de la tarde, Rodil, plomero, retiró 20.000 pesos de su cuenta en una sucursal del Banco Francés ubicada en Cuenca y José Pedro Varela, en Villa del Parque. Al salir del banco, caminó una cuadra y media hasta el estacionamiento en el que había dejado su auto, manejó otras cinco cuadras hacia el edificio en el que vive y una vez allí guardó el coche en el garage.

Mientras esperaba el ascensor, ya dentro del hall, un asaltante que había sorprendido a un vecino cuando salía a la calle lo amenazó mostrándole un arma y le exigió el dinero: “¡Dame la guita que acabás de sacar, dame las 20 lucas!” , le gritó. Rodil intentó hacerle creer que no tenía nada, pero el asaltante le palpó los bolsillos y le sacó la plata. Cuando el ladrón estaba por abrir la puerta para escapar, Rodil quiso detenerlo. Hubo un par de manotazos y el asaltante lo baleó en una pierna.

Rodil cayó al piso, sin darse cuenta de que estaba herido. El ladrón lo miró, disparó contra la puerta de vidrio del hall y terminó destruyéndola a las patadas. Afuera estaba esperándolo su cómplice en una moto . “La cagada me la mandé yo, pero en ese momento perdés la cabeza. Yo estoy convencido de que el tipo no pensaba dispararme, su plan no era cargar con un muerto. Ya tenía la guita y... ¡el chorro estaba haciendo su laburo, era un profesional!”, remarca la víctima, con ironía.

“Días más días menos, yo tenía pensado ir a retirar ese dinero. Pero ni siquiera mi mujer lo sabía . Hoy, toda la secuencia en el banco antes del robo me parece más que sospechosa”, sostiene.

Esa mañana, el plomero se había quedado en su casa coordinando horarios de trabajo. Planeaba sacar el dinero, volver a su casa para dejarlo allí y partir al centro a ver clientes. “En el banco ese día había poca gente –detalla–. Hice la fila, el cajero me atendió y me preguntó qué operación quería hacer. Le dije que iba a sacar 20.000 pesos. Me pidió el documento, la tarjeta de débito y me dijo que esperara un rato, que ya me llamaba”.

A Rodil no le gustó mucho que lo hicieran esperar. Pero se ubicó por fuera del sector de mamparas (que evita que pueda verse desde el salón el movimiento en las ventanillas) y caminó ansioso entre los demás clientes. Según él, ese fue el momento en el que lo marcaron. “O me mostraron o alguien usó esos cinco minutos hasta que volvieron a llamarme para enviar un mensaje o describirme. Los ladrones estaban esperándome en la puerta de mi casa, fue muy evidente . Estoy seguro de que esto fue una ‘entrega’ y alguien tiene que hacerse responsable”, reclama Rodil, quien hizo la denuncia por el episodio en la Comisaría 45a.

La semana anterior a la del robo, el plomero ya había hecho un retiro similar de una cuenta que comparte con un familiar. “Esa operación fue idéntica, pero con otro cajero. Fui a sacar el dinero y el empleado me pidió exactamente lo mismo, pero nunca me hizo esperar ni me ‘sacó’ de la mampara . Me dio los fajos de dinero enganchados con una tira, sellada y firmada. Y el día que me robaron, el cajero que me atendió me entregó los 20.000 pesos pero con una bandita elástica, sin ponerle ningún sello ni firma”, detalla.

Rodil cuenta que es cliente de ese banco hace ya muchos años. E incluso, que el día del hecho estuvo charlando con el gerente. “En general suelo depositar los cheques que me dan mis clientes y opero en las máquinas. No suelo ir a retirar dinero por ventanilla. Por eso, al salir tuve la precaución de volver a casa prestando atención. Y juro que en todo el recorrido no vi a nadie. El ladrón sabía muy bien lo que hacía”.

Amargado por la situación que le tocó vivir, Rodil se amarga: “Lo peor es que, después de lo que pasó, del banco ni siquiera me llamaron”.

“Sin comentarios”

Voceros del Banco Francés consultados por Clarín explicaron ayer que, “tal como es política de la entidad”, desde la compañía no harían comentarios de ningún tipo sobre la situación denunciada por el cliente Horacio Rodil en la sucursal Villa del Parque -ocurrida el martes pasado-, y que esperarían “el devenir judicial del tema”.